Cuenta Marianne Faithfull en su autobiografía Faithfull: An Autobiography, que estando en el Peñón de Gibraltar, Brian Jones, el difunto guitarrista de los Rolling Stones, en pleno viaje de LSD, se empeñó en que los famosos monos de Berbería que habitan en el Peñón fueran los primeros en escuchar una banda sonora que acababa de componer, pero estos en vez de entusiasmarse con su música, huyeron despavoridos dándole un tremendo disgusto: "Nos acercamos a la tropa de monos muy ceremoniosamente. Brian se inclinó ante ellos y les dijo que les iba a poner unos sonidos maravillosos. Los monos escucharon todo esto con mucha atención, pero cuando Brian encendió la grabadora, huyeron chillando muertos de miedo. Brian se lo tomó como algo personal, estaba tan molesto por su reacción que se puso a llorar”.