El laúd más antiguo de la historia perteneció a un egipcio llamado HarMose que sirvió a Senenmut, el arquitecto, consejero, canciller y probablemente también amante de la reina-faraón HatShepsut, entre 1473 y 1458 A.C. Durante su corta vida, HarMose entretuvo con sus canciones a Senenmut y a su familia, así que, cuando murió, fue enterrado con su instrumento en el complejo funerario del arquitecto real, para así poder seguir deleitando con su música a su señor en el más allá. El instrumento de HarMose, que medía un metro y 19 centímetros, y que en la actualidad se encuentra en El Museo Egipcio de El Cairo, fue construido en madera de cedro que increíblemente se conservó casi intacta durante más de 3.000 años.