El 8 de diciembre de 2003 Ozzy Osbourne sufrió un terrible accidente mientras estaba dando un paseo en un quad por los terrenos de su lujosa propiedad de Buckinghamshire, en las afueras de Londres, acompañado de su guardaespaldas Sam Ruston y varios periodistas de la MTV que estaban grabando la escena para su famoso programa de televisión The Osbournes. Ozzy, que no llevaba casco en el momento del accidente, se fracturó una vértebra del cuello, la clavícula y ocho costillas, y a punto estuvo de morir. La rápida intervención de su guardaespaldas, quien le hizo dos reanimaciones cardiopulmonares en el lugar de los hechos, evitó el fatal desenlace. Y así Ozzy logró sobrevivir hasta que pudieron trasladarlo a un hospital. Tras recobrar la consciencia y recuperar la respiración, sin ser consciente todavía de lo que había sucedido, Ozzy le espetó al guardaespaldas: “¡Solo levántame de una jodida vez!”. Pero después de pasar una larga temporada en el hospital y ver la grabación de lo sucedido, le agradeció lo que hizo y contó su hazaña en el Sunday Mirror: "Si no fuera por Sam Ruston, probablemente no estaría aquí. Tuvo que traerme de vuelta a la vida dos veces".