En 1977, después de una operación para eliminar unos nódulos de las cuerdas vocales, el médico aconsejó a Bonnie Tyler que no hablase bajo ningún concepto. Pero no pudo aguantar callada y su voz cambió para siempre, volviéndose rasgada y algo ronca. Sin embargo, aquel cambio no sería tan malo como ella pensó en un principio, ya que gracias a su nueva voz alcanzó el éxito: su siguiente disco, Natural Face, logró vender seis millones de copias en todo el mundo. Desde entonces también se la conoce por el apodo de "la Rod Stewart femenina".