El 13 de octubre de 1972, tras un concierto en Adelaida, Australia, Joe Cocker salió del escenario con la ayuda de unos amigos después de haber consumido grandes cantidades de alcohol y marihuana. Unas horas más tarde, la policía lo sacaría de la cama para arrestarlo, junto con 6 personas más de su séquito, por posesión de marihuana. Cocker se declaró culpable y salió en libertad tras pagar 1.000 dólares de fianza. Pero cinco días después, en el Festival Hall, increpó a las autoridades sobre la legalización del cannabis y la marihuana, y al día siguiente el ministro de inmigración, Jim Forbes, invitó amablemente a Joe Cocker a abandonar el país en un plazo de 48 horas.